jueves, 21 de mayo de 2009

Tango en Argentina y Uruguay

Buenos Aires y Montevideo son centros naturales de desarrollo del tango. En Buenos Aires, ciertos barrios tienen una especial impronta tanguera, como El Abasto, San Telmo o La Boca. También son importantes las academias de tango, donde se aprende y baila tango.
Otras ciudades de Argentina y Uruguay tienen importantes centros o actividades tangueras. En Santa Fe se organiza la Semana del Tango, un evento organizado y producido por el grupo Tangofex4, patrocinado por la municipalidad de Santa Fe y del Sindicato de Luz y Fuerza, en el que confluyen, entre músicos, bailarines, cantores, artistas plásticos, diseñadores y fotógrafos, más de 100 artistas de todo el país, con muchos espectáculos libres y gratuitos. La ciudad de San Carlos de Bariloche organiza anualmente desde el año 2002, en la primera quincena de marzo, la Cumbre Mundial de Tango, donde competencia internacional acude a competir.
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Tango cayengue

El término parece provenir del idioma ibibio (de Níger y Congo) tamgú: ‘tambor’ y ‘bailar (al son del tambor)’. Se desconoce a ciencia cierta si la palabra española tambor proviene de este ibibio tamgú o del árabe hispánico tabal. En Buenos Aires se creía incorrectamente que los negros llamaban a su instrumento «tangor» porque tenían dificultad para pronunciar «tambor».
En el siglo XIX, en la isla El Hierro (de las islas Canarias) y en otros lugares de América, la palabra «tango» significaba ‘reunión de negros para bailar al son del tambor’.
El historiador Ricardo Rodríguez Molas[52] investigó los lenguajes de los esclavos traídos a la Argentina. La mayoría provenía de etnias de Congo, el golfo de Guinea y el sur de Sudán. Para ellos, tangó significaba ‘espacio cerrado’, ‘círculo’ y cualquier espacio privado al que para entrar hay que pedir permiso. Los traficantes de esclavos españoles llamaban «tangó» a los lugares donde encerraban a los esclavos, tanto en África como en América. El sitio donde los vendían también recibía ese nombre.
Antes de 1900 a este género se lo llamaba «tango canyengue». La palabra es de origen africano. Los negros porteños la pronunciaban caniengue y desde 1900 los blancos lo escribieron y pronunciaron canyengue (con la ye porteña)
El «caminar canyengue» es una manera de caminar del compadrito, de cadenciosos movimientos de cadera. También se lo llama «caminar arrabalero» (siendo «arrabal», los suburbios o barrios bajos de las antiguas ciudades de Buenos Aires y Montevideo). Como lo representa Tita Merello en la película Arrabalera (1945).
El término gotán significa ‘tango’ en vesre (hablar al revés).
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Los pasos del tango


El paso básico tanguero.
El baile tanguero está construido sobre tres componentes básicos: el abrazo, un estilo lento de caminar y la improvisación (Borges decía que el tango es un modo de caminar[49] ). Pero por sobre todas las cosas el tango debe ser bailado como un lenguaje corporal a través del cual se transmiten emociones personales a la pareja. No hay ninguna otra danza que conecte más íntimamente a dos personas, tanto emocional como físicamente.[50] Se dice que el tango se baila «escuchando el cuerpo del otro».
Para eso es muy importante tanto el abrazo apretado de la pareja mirando hacia el mismo lado (la mujer hacia la derecha y el hombre hacia la izquierda), como caminar apoyado sobre la planta delantera de los pies.
En el tango la pareja debe realizar figuras, pausas y movimientos improvisados, llamados «cortes, quebradas y firuletes», diferentes para cada uno de ellos, sin soltarse. Es el abrazo lo que hace complicado combinar en una sola coreografía las improvisaciones de ambos.
Uno de los estilos del tango, el tango argentino, realiza el milagro de insertar la figura en el enlace... Este es el secreto de su éxito; ésta es la principal innovación que ofrece al mundo.[51]
La escritora argentina Alicia Dujovne Ortiz la ha descrito así: «Un monstruo de dos cabezas, una bestia de cuatro patas, lánguida o vivaz, que vive lo que dura una canción y muere asesinada por el último compás». Algunos clásicos «pasos» tangueros son:
cadena invertida
cambios de dirección
caminata sincopada
contratiempos básicos con ochos
cunita y sacada
gancho y caminata sincopada
ganchos con respuesta
giro con barrida y boleo
giro con quebrada o gancho
giro con sacada y parada
giro con sacada, aguja y ocho cortado
giro con traspié y boleo
giro de izquierda con barrida y boleo
giro de izquierda y derecha
giro en ochos
giro simple
giro y salida a la izquierda
«la cajita»
«la cunita»
«la mordida»
media cadena con boleo
molinete quebrado
ochos adornados
ochos cortados
paso básico sincopado
pasos básicos con sacada y boleo
puente y calesita
sacada con giro
sacada con traspié
sacada cruzada, giro y ocho cortado
sacada del cruce con variantes
sacada y puente en un giro
sacadas con boleos
salida con adornos
salida con barrida
salida con traspié
toque y enrosque
traspié cruzado con giros
vaivén
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Tango de escenario y de salón

Se distingue actualmente entre el «tango de escenario» y el «tango de salón», o de pista. Este último es el que bailan los tangueros no profesionales. En Buenos Aires se realiza anualmente un torneo internacional de tango, que se divide entre esas dos categorías y al que asisten participantes de los países europeos centrales, los nórdicos, Corea, EE.UU. y Japón, entre otros. Una de las parejas de tango más elogiadas, que practicaba el tango de salón aunque profesionalmente, fue la que integraron Juan Carlos Copes y María Nieves, que actuó en muchos escenarios internacionales. Otros célebres bailarines de tango que trascendieron las pistas de las milongas fueron Benito Bianquet (llamado El Cachafaz) y Jorge Orcaizaguirre, conocido como Virulazo.
En 1990 los bailarines Miguel Ángel Zotto y Milena Plebs fundan la Compañía Tango X 2, generando novedosos espectáculos y que una gran corriente de gente joven se incline por el baile del tango, cosa inédita en ese momento. Crean un estilo que recupera el tango tradicional de la milonga, lo renueva y lo coloca como elemento central en sus creaciones, haciendo una búsqueda arqueológica de los diversos estilos del tango. A fines de 1998, Milena Plebs se desvincula de dicha compañía para iniciar un camino de investigación personal de diversas facetas del baile del tango.
Hacia finales de los años noventa y entrado el nuevo siglo bailarines como Gustavo Naveira, Fabian Salas y Chicho Frumbolli se afianzan y reinvindican el baile de la improvisación, olvidado un poco durante los años ochenta y los parte de los noventa. Surge toda una ola de investigadores del tango
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Tango fuera de Argentina

En Medellín, Colombia, la ciudad en donde murió el máximo representante del género en 1935, Carlos Gardel, el tango se convirtió en eje cultural del barrio Guayaquil. Los buenos bailarines eran ampliamente conocidos y celebrados en las milongas que frecuentaban y sus nombres solían trascender incluso en otras, más alejadas, y en todo el llamado «ambiente de tango».
La fama internacional de esta danza y la posibilidad de ser presentada en shows mundiales dieron lugar a que se desarrollaran coreografías más audaces, con exigencias mayores y figuras gimnásticas y de la danza clásica que los bailarines de las milongas solían desdeñar. El tango dejó casi de bailarse a partir de los años sesenta en Buenos Aires. Pervivieron algunas milongas. Sin embargo, en los años ochenta recibió un nuevo impulso gracias al éxito del espectáculo Tango argentino de Claudio Segovia y Héctor Orezzoli, primero en París y luego en Broadway, generando una tangomanía en todo el globo. Florecieron academias de por doquier y gente de todo el mundo comenzó a peregrinar en busca de lugares para bailarlo, especialmente Buenos Aires, promovida turísticamente como la Capital del Tango
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El baile de tango

En las dos primeras décadas del siglo XX, el tango triunfó en clubes nocturnos de París (Francia), otros países latinoamericanos (especialmente Colombia y Centroamérica) y luego en Nueva York, a donde lo introdujeron bailarines de las clases altas que por esnobismo solían frecuentar los sitios en donde se practicaba en Buenos Aires. El tango comenzó a bailarse entonces en locales nocturnos de sus ciudades de nacimiento y rápidamente pasó a salones populares.
Hasta mediados del siglo XX, se bailaba indistintamente en cabarés de lujo y en las llamadas «milongas», pistas habilitadas en clubes barriales y suburbanos de Buenos Aires, Rosario (Argentina) y Montevideo (Uruguay).
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Origen de la palabra lunfardo

Algunos linguistas como el italiano Matteo Bartoli afirmaron que el termino "lunfardo" viene del termino dialectal italiano "lumbardo" (o sea Lombardo, habitante de Lombardia, una región del norte de Italia). Con el tiempo el lunfardo asimiló el cocoliche (que se fue oyendo en Buenos Aires cada vez menos en la segunda mitad del siglo XX, probablemente debido a la desaparición de los inmigrantes del sur de Italia que lo hablaban). Muchas de las palabras del cocoliche hoy en día se encuentran formando parte del lunfardo. Ejemplos: laburar (del italiano "lavorar") como sinónimo de trabajar; fiaca ("fiacca": flaqueza en italiano); desgano, pereza; mufa (moho): fastidio y también mala suerte; mina: muchacha en dialecto lombardo; gamba (pierna) alguien que ayuda o tiene buenas intenciones, también cien pesos porque "ayudan"; gambetear: esquivar; minga: nada en dialecto lombardo; yeta (del italiano "gettare": lanzar) mala suerte; yira/yiro(de girar, dar vueltas) prostituta callejera; atenti (atentos) atención; salute (salud en italiano); cuore (corazón en italiano), si alguien dice te quiero de cuore quiere decir te quiero con el corazón.
Además términos como: afano, boludo, bardo, bondi, cana, chabón, che, chorro, escabiar, junar, mina, morfi, pibe, rajar, yuta y muchos otros del habla lunfarda, y sobre todo su cadencia "rea", constituyen el corazón del habla rioplatense actual.
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Lunfardo y persecución

El lunfardo fue en sus orígenes y sigue siendo hoy un lenguaje oculto-metafórico construido a partir de una notable dinámica entre la sociedad carcelaria, los jóvenes y el mundo del trabajo. De algún modo, al decir de José Gobello, el lunfardo es «una travesura léxica, algo así como un guiño travieso que el habla le hace al idioma».[32]
El lunfardo fue perseguido en Argentina (al igual que el carnaval) y cuestionado por algunos académicos de la Real Academia Española. Durante la dictadura instalada en 1943 se sancionó una circular censurando los tangos que contuvieran letras en lunfardo. Por esa razón muchos fueron reescritos. Durante la dictadura de Onganía (1966-1970) el lunfardo desapareció virtualmente del tango y la música popular. En 1969 Alejandro Dolina incluyó el término «bulín» en su tema Fantasmas de Belgrano y Horacio Ferrer iniciaba su famosa Balada para un loco con una exclamación esencialmente lunfarda: «Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...». Desde entonces, y a pesar de algunos intentos durante la dictadura establecida en 1976 por «adecentar» la cultura popular, el lunfardo registró un notable resurgimiento.[33]
En la primera década del siglo XXI, el lunfardo goza de una gran vitalidad habíendo sido adoptado y reformulado por las nuevas generaciones. En gran parte por esa razón, el tango se ha insertado en los ritmos modernos (rock, hip hop, ska, etc.) a través de las letras y el habla
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Lo que expresa el lunfardo

Como en ningún otro lugar el lunfardo expresa la fusión migratoria que originó las sociedades rioplatenses, expresada por el tango. El Lunfardo es originado en el siglo XIX principalmente por los immigrantes italianos del area del barrio "Palermo" en Buenos Aires, pero contiene otras influencias. Palabras sicilianas, africanas, italianas, aimaras, mapuches, judías, gitano-españolas, gallegas, quechuas, árabes, guaraníes, polacas, portuguesas, inglesas, se mezclan en el uso cotidiano sin conciencia de su origen.
El lunfardo fue en sus orígenes y sigue siendo hoy un lenguaje oculto-metafórico construido a partir de una notable dinámica entre la sociedad carcelaria, los jóvenes y el mundo del trabajo. De algún modo, al decir de José Gobello, el lunfardo es «una travesura léxica, algo así como un guiño travieso que el habla le hace al idioma».[
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El lunfardo

El lunfardo es inseparable del tango. Si bien el tango puede cantarse con una mayor o menor presencia del lunfardo en sus letras, es la pose y la sonoridad del lunfardo rioplatense la que lo caracteriza. El lunfardo no es solo un argot integrado por cientos de palabras propias, sino que también es y quizás más esencialmente, una pose lingüística, una forma de hablar algo exagerada (en la que se incluye comerse las eses), por la que suelen ser reconocidos en todo el mundo los argentinos de la región del Río de la Plata y los uruguayos. El tango es «reo»[31] porque el lunfardo «es reo», es decir se trata de un estilo musical construido sobre el habla popular; el lunfardo es el habla del suburbio, la voz del arrabal.
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El presente del tango

Desde hace pocos años (comenzando precisamente a partir de determinados períodos de la obra de Piazzolla) se observa que el fenómeno de aculturación mundial que deriva en fusiones musicales entre lenguajes, si bien de origen geográfico cierto, considerados como universalmente difundidos (jazz, rock, música electrónica) y músicas étnicas o locales, también ha llegado al tango. Se trata de fusiones del tango con el jazz, el rock y la electrónica, siendo esta última la más difundida, con ejemplos tales como Bajofondo Tango Club, Idealtango, Gotan Project y Tanghetto. Entre aquellos que fusionan con el jazz, se puede encontrar al pianista Adrián Iaies, el contrabajista Pablo Aslan o al saxofonista Miguel De Caro, entre otros. Además, existen diversas orquestas en su mayoría conformadas por jóvenes músicos que pretenden rescatar y reinterpretar con nuevos códigos el tango, entre ellas se destaca 34 Puñaladas, Altertango, Alfredo Piro, y Astillero. A partir de la década del 90, varios músicos provenientes del rock nacional, como Daniel Melingo y Rodolfo Gorosito (Trío Gorosito-Cataldi-de la Vega) se volcaron al tango. Como así también muchos jóvenes músicos formados dentro del tango comienzan a aportar nuevo repertorio y nuevos caminos a esta música. Entre ellos destacan, Pablo Mainetti, Marcelo Mercadante, Ramiro Gallo, Sonia Possetti y Diego Schissi
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Las dos decadas de renovación del tango

En esas dos décadas de renovación surgieron también otros autores e intérpretes de gran importancia como Eladia Blázquez (Con el corazón al sur, Sueño de barrilete, Si Buenos Aires no fuera así), Chico Novarro (Cordón, El balance, Cantata a Buenos Aires), Cacho Castaña (Café La Humedad), el Sexteto Tango, la modernidad clásica del bandoneón de Daniel Binelli, el octeto coral Buenos Aires 8 (con un álbum excepcional en 1970, Buenos Aires Hora 0), las nuevas sonoridades introducidas por Osvaldo Berlingieri (1928-) desde el piano[26] y su asociación con Ernesto Baffa (Baffa-Berlingeri), la voz juvenil y romántica de Susana Rinaldi, la madurez compositiva de Leopoldo Federico (El último café, Qué falta que me hacés), el revolucionario álbum Concepto (1972) de Atilio Stampone, Rodolfo Mederos —a quien se consideraba como «la cabeza visible de una nueva música porteña en los años setenta»,[27] etc. También debe mencionarse aquí al último Goyeneche de la «garganta de arena» —según el cantautor Cacho Castaña— que desarrolló el arte de «decir» el tango, cuando paradójicamente alcanzó el pico más alto de la devoción popular.[28]
En estas dos décadas el tango sufrió también la confrontación generacional y contracultural que llevaron adelante los movimientos juveniles en todo el mundo, con expresiones como el Verano del amor de 1967 y el movimiento hippie en EE. UU., el Mayo francés de 1968, que tuvieron en la música rock y en la revolución sexual, dos de sus códigos de referencia común. En la Argentina, esto se manifestó como una confrontación de contenido generacional entre tango y rock: el tango era la música de “los viejos”; el rock era la música de los jóvenes
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Tango vanguardia

El dúo Piazzola y Ferrer realizaron otras obras de amplia difusión popular como el tango Chiquilín de Bachín (1968) o la «ópera-tango» María de Buenos Aires (1967), que incluye la bella Fuga y misterio. Piazzolla aportaría composiciones fundamentales como sus Cuatro estaciones porteñas (Verano porteño, Otoño porteño, Invierno porteño y Primevera porteña), la serie del ángel (entre ellas Milonga del ángel y La Muerte del ángel), Libertango, Decarísimo y por sobre todas Adiós Nonino, a la muerte de su padre. Piazzolla también aportó decisivamente a la renovación instrumental del tango con su octeto, que incluía intrumentos hasta entonces absolutamente ajenos al tango, como los eléctricos (guitarra, bajo, teclados, sintetizador), la batería y el saxo. También con él ingresaron al tango instrumentistas de excepción como el violinista Antonio Agri y el guitarrista Cacho Tirao, y un cantante como Miguel Angel Trelles quienes sumarían sus talentos a experimentados del genero como Enrique "Kicho" Diaz, Osvaldo Manzi o Jaime Gosis entre otros. Piazzolla también realizó una audaz fusión tango-jazz con el saxofonista estadounidense Gerry Mulligan en 1974 (registrado en el álbum Reunión cumbre) e influyó considerablemente en el subgénero conocido como rock nacional argentino, desarrollado a partir de la segunda mitad de la década del sesenta
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Renovación del tango

Desde fines de la década del 50 comenzarían a surgir corrientes tangueras renovadoras. Los primeros fueron músicos como Mariano Mores y Aníbal Troilo que empezaron a experimentar con nuevas sonoridades y temáticas. Pero el renovador indiscutido fue el marplatense Ástor Piazzolla.
Ástor Piazzolla alternaba entre las tardes de música clásica en el Teatro Colón y su pasión por Ígor Stravinski y Bela Bártok, con las noches de tango, y su desempeño como bandoneonista y arreglador musical de la orquesta de Aníbal Troilo (1914-1975). Fusionando creativamente las influencias más diversas, Piazzolla introdujo en el tango armonías disonantes y bases rítmicas intensas y nerviosas que produjeron una transformación radical del género.
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La edad de oro

Músicos como Pascual Contursi, Juan D´Arienzo, Juan Carlos Cobián, Julio De Caro, Osvaldo Fresedo, cantantes como Ignacio Corsini, Sofía Bozán, Rosa Quiroga, Agustín Magaldi, integraron lo que se conoció como la «nueva guardia» del tango en aquella época. Entre ellos, muchos fueron los descendientes de immigrantes italianos, como Osvaldo Pugliese (apodado «el Santo del Tango»).
La del cuarenta fue una década dorada para el género, que se interpretaba ya en locales nocturnos de lujo, cuyos ambientes alimentaron a su vez a los letristas, que en sus versos contraponían el lujurioso cabaret y los desbordes de la vida nocturna a la infancia en el arrabal, paisaje éste que adquirió entonces ribetes míticos de paraíso perdido.
Grandes orquestas, como las de Osvaldo Pugliese, Aníbal Troilo (1914-1975), Carlos Di Sarli, Juan D´Arienzo, Horacio Salgán (1916-), actuaban a la vez en los cabarés del centro y en salones barriales, y, con ellos, creció enormemente la industria discográfica en la Argentina. Letristas de gran vuelo —Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi, Enrique Cadícamo, Cátulo Castillo— dieron al tango composiciones inolvidables, signadas por la amarga crítica de costumbres (Discépolo), el matiz elegíaco y las metáforas inspiradas en grandes poetas (Manzi, Castillo), la recurrente pintura de ambientes sofisticados con resonancias del poeta modernista Rubén Darío (Cadícamo). Notables cantantes de la época fueron el Polaco Goyeneche, Ángel Vargas y Edmundo Rivero
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Carlos Gardel

Carlos Gardel (de nacionalidad discutida entre argentina, uruguaya o francesa), quien se inició como payador alrededor de 1910, es el más recordado cantante de tango de los años veinte y treinta. Muchos de los temas que interpretaba los compuso él mismo y encargó sus letras a su inseparable compañero Alfredo Le Pera. Gardel, que comenzó su carrera en comités políticos de los suburbios fabriles de Buenos Aires, cantó en París y en Nueva York, filmó varias películas en EE. UU. y murió en un accidente de aviación en Medellín (Colombia). Entonces se convirtió en un mito para los rioplatenses.
Algunos de los tangos famosos de esta primera época son "La cumparsita", "El choclo","Caminito", "El día que me quieras", "Por una cabeza", etc.
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Tango canción

La canción de tango comenzó a interpretarse desde 1850, pero no era tal porque el estilo vocal estaba ligado a la habanera y tangos españoles, sin una personalidad tanguera definida. Los cantantes de entonces no eran profesionales ni tampoco se conocía la voz del tango. El tango se cantaba como tango milongueado y las versos eran picarezcos, lo que escandalizaba a la alta sociedad porteña. Los cantantes de que se habían destacado en la primera década de 1900 fueron Ángel Villoldo, Linda Thelma, Lola Membrives y Alfredo Gobbi entre otros. Los primeros éxitos de aquel tango fueron "Hotel Victoria", "El porteñito" y el gran suceso "La morocha" de 1908. En Buenos Aires había gran cantidad de cantores que interpretaban estilos nacionales, zambas y chacareras.
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Los más antiguos compositores e intérpretes

Los más antiguos compositores e intérpretes de tango que se conocen aparecieron en las dos primeras décadas del siglo XX. En el Museo de la Partitura Histórica (de Rosario, provincia de Santa Fe) se encuentra el primer tango registrado como tal, La canguela, de 1889. El primer tango con autor conocido es "El entrerriano", de Rosendo Mendizábal, publicado en 1898. Ángel Villoldo, Roberto Firpo, Juan de Dios Filiberto y Francisco Canaro fueron famosos y populares autores e intérpretes de tango.
En aquellos años, en los que los hijos de familias ricas llevan a París el tango que habían aprendido en su frecuentación de los lupanares, comienza una nueva era para el género, con el aporte de músicos mejor preparados y la incorporación de letras evocativas del paisaje del suburbio, de la infancia y de amores contrariados.
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Instrumentos

Se interpretaba con violín, flauta y guitarra. El bandoneón, que le dio forma definitiva al tango, recién llegaría al Río de la Plata allá por el 1900, en las valijas de inmigrantes alemanes. No existen partituras de esta etapa originaria, porque los músicos de tango de entonces no sabían escribir la música y probablemente interpretaban sobre la base de melodías existentes, tanto de habaneras como de polkas. La primera de la que existe registro es "La Canguela" (1889) y se encuentra en el Museo de la Partitura de la Ciudad de Rosario.
Los títulos procaces pueden ser consultados en un anexo especial. Varios años después, a partir de los años treinta, los gobiernos militares y autoritarios, prohibieron las letras y títulos, por lo que la mayoría de ellos desaparecieron, mientras que otros fueron reescritos, como el famoso "Concha sucia",[23] que fue reescrito por Francisco Canaro como "Cara sucia".
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primer tango

En 1874 se ha documentado el primer tango que alcanzó difusión popular masiva. Se trata de "El Queco", también de estilo musical andaluz, con una letra sobre las «chinas» (las mujeres argentinas de origen indígena o africano) que trabajaban de prostitutas en los burdeles.[21]
En 1876 se hizo muy popular un tango-candombe llamado "El merengué", que se convirtió en éxito en los carnavales afroargentinos que se celebraron en febrero de ese año
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Origen del tango

El tango apareció en las ciudades portuarias del Río de la Plata y sus zonas de influencia, en la segunda mitad del siglo XIX en el marco socio-cultural de las grandes oleadas migratorias de los más variados orígenes internos y externos, que recibió entonces esa región. Buenos Aires y Montevideo, y en menor medida Rosario, se disputan ser el lugar en el que nació.[18] Otros puertos fluviales como Campana y Zárate también registran antiguos antecedentes tangueros. Se trató de una música eminentemente popular, rechazada y prohibida por las clases altas y la Iglesia Católica, por lo que se desarrolló en los barrios pobres de los suburbios (los arrabales), los puertos, los prostíbulos, los bodegones y las cárceles, donde confluían los inmigrantes. Allí se fueron fusionando libremente las formas musicales más diversas (candombe, payada, milonga, habanera, tango andaluz, polca, vals, etc.), provenientes de los orígenes más diversos (africanos, gauchos, hispanos coloniales, indígenas, italianos, judíos, alemanes, andaluces, cubanos, etc.), hasta formar el tango. Se estima que la transición duró alrededor de cuarenta años para afianzarse como un género plenamente constituido en la última década del siglo XIX.[19]
En 1857, el músico español Santiago Ramos compuso uno de los primeros temas de aire tanguero que se conozca, "Tomá mate, che", un tango con letra rioplatense pero con arreglos musicales de estilo andaluz. El tema formaba parte de la obra El gaucho de Buenos Aires, estrenada en el Teatro de la Victoria.
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LA DANZA

La coreografía, diseñada a partir del abrazo de la pareja, es sumamente sensual y compleja. La complejidad de los pasos no hace a la expresión o a lo que se quiere trasmitir durante el baile. Se trata de expresar un sentimiento pleno de sensualidad y no de sexualidad, donde lo primordial no son sólo los pasos o las figuras que hacen los bailarines con los pies. De nada vale una técnica perfecta, o una sincronización perfecta, cuando la expresión facial de los bailarines no trasmiten sentimientos. Todo en la danza del tango está unido, las miradas, los brazos, las manos, cada movimiento del cuerpo acompañando la cadencia del tango y acompañando lo que ellos están viviendo: un romance de tres minutos, entre dos personas que a lo mejor recién se conocen y que probablemente no tengan una relación amorosa en la vida real.
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miércoles, 13 de mayo de 2009

1760 a 1830 en el piano

Entre los años 1760 a 1830 la fabricación de pianos tuvo una gran expansión y sufrió grandes modificaciones. Esta revolución fue una respuesta a la preferencia de los compositores y pianistas por tener un piano con un sonido más poderoso y sostenido, y fue posible gracias a los avances tecnológicos surgidos a partir de la Revolución industrial, que estaba comenzando. Algunos de estos avances fueron la alta calidad del acero de las cuerdas, llamado específicamente cuerda de piano, así como la precisión de la fundición para la producción de hierro fundido. Con el tiempo, la gama tonal del piano también fue en aumento y pasó de las cinco octavas de la época de Mozart a las siete octavas y un tercio o más de los pianos modernos
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El declive

La posición del piano en el hogar permaneció segura hasta que la tecnología hizo posible el disfrute de la música de forma pasiva. Primero fue la pianola, inventada alrededor del año 1900; a continuación, el fonógrafo, que se convirtió en común en la década anterior a la Primera Guerra Mundial; y después, la radio, en la década de los años 20, sustituyeron a la interpretación de piano de manera aficionada como una forma de entretenimiento doméstico. Durante la Gran Depresión de la década de 1930, las ventas de pianos se redujeron drásticamente y muchos fabricantes cerraron sus negocios.
Otro factor que afectó de forma negativa en el uso del piano fue la generalización, a finales del siglo XX, del teclado electrónico. Este instrumento, en su forma más barata, es ampliamente considerado sólo un pobre sustituto por su calidad tonal de un buen piano, pero es mucho más flexible y en muchos sentidos se adapta mejor a la interpretación de la música popular.
No obstante, el piano sobrevive en muchos hogares del siglo XXI. Los pianos modernos tienden a ser de mayor calidad y más caros que los de hace varias décadas, lo que sugiere que quizás el uso del piano se ha concentrado en los hogares más ricos o de los miembros mejor educados de la clase media. Es poco probable que la capacidad de tocar el piano contribuya mucho en estos días para facilitar el matrimonio de las hijas, pero muchos padres creen todavía hoy en día que las lecciones de piano que enseñen a sus hijos les ayudarán a mejorar su concentración y autodisciplina, así como a abrir una puerta en el mundo de la música clásica
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Difusión del piano

En el transcurso de los siglos XIX y XX, la clase media de Europa y Norteamérica aumentó en número y prosperidad. Este incremento produjo el correspondiente aumento de la importancia del piano en el ámbito doméstico, ya que cada vez más familias pudieron comprarse un piano y recibir clases. Este instrumento también se convirtió en común en las instituciones públicas, como escuelas, hoteles y pubs. Como elementos del estilo de vida de la clase media occidental el uso del piano se extendió poco a poco a otras naciones y se convirtió en un instrumento habitual, por ejemplo, en Japón.
Para entender el aumento del uso del piano entre la clase media, es necesario recordar que antes de los aparatos mecánicos y electrónicos de reproducción, la música, era transmitida entre la gente común en sus tareas cotidiana. Es decir, los habitantes de cada nación generan un conjunto de música folclórica, que es transmitida oralmente a través de las generaciones y cantada por todos. Por ejemplo, los padres de Joseph Haydn no sabían leer música, sin embargo, el padre de Haydn (que trabajó como carretero) enseñó a Joseph a tocar el arpa y con frecuencia la tocaba mientras acompañaba los cantos de su familia. Con el aumento del nivel de vida, muchas familias pudieron permitirse pagar un piano y adaptar las estancias en las que debían instalar el instrumento a las grandes dimensiones de éste. El piano se convirtió en una fuente importante de la música en el hogar.
A menudo, los pianistas aficionados seguían las obras de los principales pianistas y compositores de su época. Los pianistas profesionales escribieron libros y métodos para el estudio del piano y tuvieron un considerable éxito de ventas. También elaboraron sus propias ediciones de obras clásicas, que incluyeron marcas detalladas de tempo y de expresión para guiar a los aficionados que querían utilizar su método como modelo. Las composiciones para piano de los grandes compositores a menudo se vendían bien entre los pianistas aficionados, a pesar de que, a partir de Beethoven, eran demasiado duras para un pianista no experimentado, pero con la formación de un virtuoso podían interpretarlas perfectamente. Evidentemente, los pianistas aficionados obtenían gran satisfacción al enfrentarse con la mejor música, incluso si no podían realizar la interpretación de la obra de el principio a fin.[4]
Una de las interpretaciones preferidas en los hogares era tocar obras para piano a cuatro manos, en la que los dos intérpretes se sentaban uno al lado del otro en un único piano. A veces los miembros de la familia cantaban o tocaban otros instrumentos junto al piano.
Los padres cuyos hijos mostraban un talento inusual a menudo los animaban a que emprendieran carreras profesionales, a veces haciendo grandes sacrificios para que esto fuera posible. El libro "My Life and Music" de Artur Schnabel describe vívidamente su propia experiencia sobre este hecho, que tuvo lugar en el Imperio Austrohúngaro a finales del siglo XIX.
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La mujer y el piano

Tanto James Parakilas[1] como Arthur Loesser enfatizan la conexión existente en este período entre el piano y la mujer. Aparentemente, eran más comunes los estudios de piano entre mujeres que entre hombres[2] y se consideraba en general que la capacidad de tocar el piano en mujeres facilitaba que pudieran contraer matrimonio.
Las mujeres que habían aprendido a interpretar el piano siendo niñas a menudo continuaban tocando el piano siendo adultas, así tenían siempre música en sus hogares. Por ejemplo, Emma Wedgwood Darwin, la nieta del rico industrial Josiah Wedgwood, recibió lecciones de piano de Frédéric Chopin y al parecer adquirió un buen nivel. Tras su matrimonio con Charles Darwin, continuó tocando el piano diariamente mientras su esposo la escuchaba.
Un buen número de mujeres estudiantes de piano se convirtieron en virtuosas del instrumento y las habilidades de las mujeres pianistas inspiraron obras de Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven y Joseph Haydn, quien dedicó obras de difícil interpretación a sus amigas.[3] Sin embargo, el papel de músico de concierto normalmente estaba reservado sólo a los hombres, exceptuando a Clara Schumann.
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Invencion del piano

El piano fue una invención del paduano Bartolomeo Cristofori que tuvo lugar alrededor del año 1700. En aquella época, el piano era un invento extremadamente costoso y fue producido gracias al mecenazgo de Fernando de Médici, Gran Príncipe de Florencia.
Durante algún tiempo después de su invención, el piano fue en gran parte propiedad de la realeza, como las Casas Reales de Portugal y Prusia, entre otras. A lo largo del siglo XVIII y principios del XIX, los pianos estaban financieramente fuera del alcance de la mayoría de las familias y los pianos de aquellos tiempos eran, en general, propiedad de la burguesía y la aristocracia. Los maestros de música visitaban a los hijos de dichas familias adineradas para enseñarles a tocar el piano.
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lunes, 4 de mayo de 2009

La disposición

La disposición en un piano vertical es ligeramente diferente. El pedal de aproximación se encuentra a la izquierda pero en este caso difiere del piano de cola. Al pulsarlo el mecanismo acerca los macillos a las cuerdas, con lo que, a menor distancia para percutir, menor aceleración al pulsar la tecla, con lo que sencillamente se reduce el volumen sonoro. Al ser pisado el pedal sordina, situado en el centro, se interpone una tela entre los macillos y las cuerdas, lo que reduce enormemente el sonido y permite tocar el piano sin molestar a otras personas. Y, finalmente, el pedal derecho es el de resonancia, el único que es común a los dos tipos de piano. En los verticales, su funcionamiento es exactamente el mismo

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El pedal de resonancia

El pedal de resonancia al ser pisado libera los apagadores de las cuerdas, lo que permite que la nota siga sonando aunque se haya dejado de pulsar la tecla, añadiendo además una gran cantidad de armónicos de otras cuerdas que vibran por simpatía, aumentando de este modo el volumen sonoro y, en su caso mezclando notas, acordes y armonías diversas. Usado con destreza, también permite pequeños efectos sutiles de expresión, cantabilidad, fraseo o acentuación

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diferentes tipos de pianos

A lo largo de la historia han existido diferentes tipos de pianos, pero los más comunes son el piano de cola y el piano vertical o de pared. La afinación del piano es un factor primordial en la acústica del instrumento y se realiza modificando la tensión de las cuerdas de manera que éstas vibren en las frecuencias adecuadas.

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sábado, 2 de mayo de 2009

Historia de la música

La Historia de la música es el estudio de las diferentes tradiciones en la música y su ordenación en el tiempo.
Dado que toda cultura conocida ha tenido alguna forma de manifestación musical, la Historia de la música abarca a todas las sociedades y épocas, y no se limita, como ha venido siendo habitual, a occidente, donde se ha utilizado la expresión historia de la música para referirse a la historia de lo que actualmente se denomina música docta (incorrectamente llamada música clásica).
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jueves, 30 de abril de 2009

Origen de la guitarra

La guitarra es un instrumento musical de cuerda pulsada, compuesto de una caja de madera, un mástil sobre el que va adosado el diapasón o trastero, generalmente con un agujero acústico en el centro de la tapa y seis cuerdas. Sobre el diapasón van incrustados los trastes, que permiten los diferentes tonos. Su nombre específico es guitarra clásica o guitarra española
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