miércoles, 13 de mayo de 2009

El declive

La posición del piano en el hogar permaneció segura hasta que la tecnología hizo posible el disfrute de la música de forma pasiva. Primero fue la pianola, inventada alrededor del año 1900; a continuación, el fonógrafo, que se convirtió en común en la década anterior a la Primera Guerra Mundial; y después, la radio, en la década de los años 20, sustituyeron a la interpretación de piano de manera aficionada como una forma de entretenimiento doméstico. Durante la Gran Depresión de la década de 1930, las ventas de pianos se redujeron drásticamente y muchos fabricantes cerraron sus negocios.
Otro factor que afectó de forma negativa en el uso del piano fue la generalización, a finales del siglo XX, del teclado electrónico. Este instrumento, en su forma más barata, es ampliamente considerado sólo un pobre sustituto por su calidad tonal de un buen piano, pero es mucho más flexible y en muchos sentidos se adapta mejor a la interpretación de la música popular.
No obstante, el piano sobrevive en muchos hogares del siglo XXI. Los pianos modernos tienden a ser de mayor calidad y más caros que los de hace varias décadas, lo que sugiere que quizás el uso del piano se ha concentrado en los hogares más ricos o de los miembros mejor educados de la clase media. Es poco probable que la capacidad de tocar el piano contribuya mucho en estos días para facilitar el matrimonio de las hijas, pero muchos padres creen todavía hoy en día que las lecciones de piano que enseñen a sus hijos les ayudarán a mejorar su concentración y autodisciplina, así como a abrir una puerta en el mundo de la música clásica
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